Qué inútil esta cosa

No te traicioné
Se perfectamente que van separadas, esta realidad. De la otra.
Pero a la hora de marcharnos los recuerdos se me mezclan.
Creo sentir con la piel del personaje, el perfume de tu piel es mío. No puedo olvidar tu mirada, no la del personaje, la tuya. Tus ojos cuando te quedas mirando la nada.
Podes confiar en mí, no hice nada malo, no pienso en esto cuando estamos allá. Me vuelve en la noche desgraciada, en los sueños intermitentes, en la soledad de mi cráneo… anula no sé qué zona de mi cerebro y todo tiene tucaraneutra.
Con la fuerza del mundo intento frenarme. Me sostengo como puedo para no salir corriendo, me tapo la boca para no decir tu nombre, y cierro los ojos cuando te veo entre mis cosas.
Te tengo miedo,
como quien le teme a la calle solitaria en la inmensidad de la noche. Ya me hiciste daño una vez, así. Caminaba sola sin mis ruidos y de golpe una invitación… a morir en vida durante varios años. Ya sé, no sos vos, pero lo sos en cierta
f o r m a . . .

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