Agua blanda

Como cuando observe el mundo desde la mesa alta que me resguardaba de la inundación, el agua siempre me parecerá un elemento inabarcable y misterioso. Esa propiedad de volverse casi un espejo hace que la luz en ella reflejada sea lo hipnótico por excelencia. Si es oscura, mas temor aún provoca. Lo desconocido aguarda debajo, uno nunca sabe cuan cerca se encuentran esos misterios, cuan profundo caen las cosas que le arrojamos. Asusta tanto cuando esta revuelta como cuando esta absolutamente inmóvil y me llama en ambos casos, como si mi origen allí descansara en secreto impenetrable. Pero nunca se me ocurrió tirarme, más allá del miedo, sé que no será lo que imagino, y el frío y la ceguera (porque de noche llama con más fuerza) me atan en el borde.

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